Las negociaciones entre el Gobierno de la Generalitat y los promotores del proyecto Eurovegas son un ejemplo mayúsculo de falta de transparencia. Son muchas las opiniones sobre las posibles consecuencias de la ejecución del proyecto, pero no dejan de ser conjeturas o puntos de vista reflejados en la prensa.
Cuando Artur Mas habla de los 20.000 millones de inversión que supone el proyecto y a la vez comenta que el tema del juego es un tema residual y que lo importante es la repercusión que tendría para el turismo de Cataluña, simplemente lo que está haciendo es mentir a los ciudadanos, ocultando las verdaderas consecuencias de este proyecto.
Lo que no cuenta Artur Mas es que, ante las demandas de Las Vegas Sand, se haría necesario crear una normativa fiscal a medida, ceder a la petición gratuita de suelo público y facilitar infraestructuras para garantizar acceso al complejo.
En cuanto a la repercusión en la creación de puestos de trabajo, parece ser que en un principio, la mayor demanda estaría relacionada con el sector de la construcción y posteriormente se cubrirían puestos de trabajo relacionados con el sector terciario.
Esta es una apuesta por el modelo económico que precisamente ha agravado la crisis actual.
Otro aspecto, objetivamente dramático para la comarca del Baix Llobregat, es el emplazamiento propuesto que ocupa zonas de especial protección natural. Unas tres mil hectáreas son las que quedan por urbanizar, ocupando zonas agrícolas y los humedades del Delta que garantizan un equilibrio sostenible en la zona.
Sin olvidar el problema de suministro energético o de agua que supone la demanda de un complejo como éste.
Además está demostrado que este tipo de equipamientos atrae a un determinado tipo de clientela que, por lo general, no sale del propio complejo. Con lo que se convierte en competencia directa de los sectores relacionados con el turismo de la propia comarca.
Teniendo en cuenta que el sector turístico está directamente relacionado con factores culturales o gastronómicos, el impacto sería del todo contraproducente para actividades ya dañadas por la actual crisis.
Como conclusión debemos remarcar que no puede haber debate sin información y que el problema no puede quedar en manos de la negociación bilateral entre la Generalitat y Las Vegas Sand.
Cuando Artur Mas habla de los 20.000 millones de inversión que supone el proyecto y a la vez comenta que el tema del juego es un tema residual y que lo importante es la repercusión que tendría para el turismo de Cataluña, simplemente lo que está haciendo es mentir a los ciudadanos, ocultando las verdaderas consecuencias de este proyecto.
Lo que no cuenta Artur Mas es que, ante las demandas de Las Vegas Sand, se haría necesario crear una normativa fiscal a medida, ceder a la petición gratuita de suelo público y facilitar infraestructuras para garantizar acceso al complejo.
En cuanto a la repercusión en la creación de puestos de trabajo, parece ser que en un principio, la mayor demanda estaría relacionada con el sector de la construcción y posteriormente se cubrirían puestos de trabajo relacionados con el sector terciario.
Esta es una apuesta por el modelo económico que precisamente ha agravado la crisis actual.
Otro aspecto, objetivamente dramático para la comarca del Baix Llobregat, es el emplazamiento propuesto que ocupa zonas de especial protección natural. Unas tres mil hectáreas son las que quedan por urbanizar, ocupando zonas agrícolas y los humedades del Delta que garantizan un equilibrio sostenible en la zona.
Sin olvidar el problema de suministro energético o de agua que supone la demanda de un complejo como éste.
Además está demostrado que este tipo de equipamientos atrae a un determinado tipo de clientela que, por lo general, no sale del propio complejo. Con lo que se convierte en competencia directa de los sectores relacionados con el turismo de la propia comarca.
Teniendo en cuenta que el sector turístico está directamente relacionado con factores culturales o gastronómicos, el impacto sería del todo contraproducente para actividades ya dañadas por la actual crisis.
Como conclusión debemos remarcar que no puede haber debate sin información y que el problema no puede quedar en manos de la negociación bilateral entre la Generalitat y Las Vegas Sand.
Está en juego el modelo de comarca que queremos para asegurar la calidad de vida de los ciudadanos.