La comerciante ya sabe que no es la primera denunciada y sancionada por la Generalitat por no rotular su negocio también en catalán. Pero esa circunstancia no alivia la "indefensión" que dice sentir Feliciana Piris Duque, propietaria de una pequeña tienda en que ofrece tejidos de ropa al corte.
En su día recibió la pertinente amonestación de la Agencia Catalana del Consumo, dependiente del gobierno catalán. Desde entonces, su desconcierto ha ido en aumento, según su propio relato: "Se nos notificó la sanción el pasado 20 de noviembre, y entiendo que lo que me está ocurriendo no es justo", explicó a EL MUNDO.
La mujer, nacida en Cardona y catalanoparlante, se enfrenta ahora a una sanción de 1.200 euros por su negativa a sustituir el cartel con el que ofrece los productos de su negocio Blau Marí [azul marino, en catalán], ubicado desde hace 20 años, en el número 176 de la calle Casals i Cuberó, en el barrio del Verdú.
En su día recibió la pertinente amonestación de la Agencia Catalana del Consumo, dependiente del gobierno catalán. Desde entonces, su desconcierto ha ido en aumento, según su propio relato: "Se nos notificó la sanción el pasado 20 de noviembre, y entiendo que lo que me está ocurriendo no es justo", explicó a EL MUNDO.
La mujer, nacida en Cardona y catalanoparlante, se enfrenta ahora a una sanción de 1.200 euros por su negativa a sustituir el cartel con el que ofrece los productos de su negocio Blau Marí [azul marino, en catalán], ubicado desde hace 20 años, en el número 176 de la calle Casals i Cuberó, en el barrio del Verdú.
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